El fútbol femenino en Costa Rica ha vivido una transformación profunda durante los últimos años. Lo que hace apenas dos décadas era una actividad con poca cobertura mediática, hoy se ha convertido en un fenómeno en expansión, respaldado por una creciente audiencia, jugadoras de alto nivel y, cada vez más, una mayor presencia en la televisión nacional e internacional.
La visibilidad mediática, especialmente la televisiva, ha sido un factor clave en este crecimiento. La posibilidad de ver partidos femeninos por televisión no solo ha acercado el fútbol a los hogares costarricenses, sino que también ha ayudado a romper barreras culturales, fomentar la igualdad de género y consolidar una identidad deportiva femenina en el país.
El fútbol femenino en Costa Rica comenzó a organizarse formalmente en la década de 1990, aunque las primeras ligas no profesionales ya existían desde los años 70 y 80. Durante muchos años, las jugadoras enfrentaron enormes obstáculos: falta de apoyo institucional, escasez de recursos, canchas en malas condiciones y, sobre todo, una ausencia casi total de cobertura mediática.
Mientras el fútbol masculino era protagonista en todos los canales de televisión, los partidos femeninos se disputaban en silencio, sin cámaras ni público. Esta falta de visibilidad afectó no solo la popularidad del deporte, sino también su desarrollo: sin exposición, no había patrocinadores, ni incentivos para profesionalizar la liga o atraer nuevas generaciones de futbolistas.
Sin embargo, a partir de los años 2000, el panorama comenzó a cambiar. Las primeras transmisiones ocasionales de partidos de selecciones femeninas —especialmente en torneos internacionales— despertaron el interés del público y de los medios.
Uno de los factores determinantes en la exposición mediática del fútbol femenino fue el éxito de la Selección Nacional Femenina de Costa Rica. El punto de inflexión llegó en 2014, cuando el equipo tico clasificó por primera vez a una Copa Mundial Femenina de la FIFA, celebrada en Canadá en 2015.
La participación mundialista fue un hito histórico. Los partidos de la selección fueron transmitidos por canales nacionales como Teletica (Canal 7) y Repretel (Canal 6), y miles de costarricenses se reunieron frente al televisor para ver a las futbolistas representar al país con orgullo. Por primera vez, el fútbol femenino costarricense estaba en el centro de la atención nacional.
Las jugadoras, como Shirley Cruz, Katherine Alvarado, Raquel Rodríguez y Gabriela Guillén, se convirtieron en referentes mediáticos. Las entrevistas, reportajes y coberturas especiales multiplicaron su impacto social y sirvieron para inspirar a una nueva generación de niñas que comenzaron a soñar con vestir la camiseta rojiblanca.
Desde entonces, cada participación de la selección —en eliminatorias, Juegos Panamericanos, torneos de la Concacaf y el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023— ha sido transmitida y celebrada ampliamente por la televisión nacional, consolidando el fútbol femenino como parte esencial del deporte costarricense.
Además del éxito de la selección, el fútbol femenino de clubes también ha ganado espacio en la televisión. La Primera División Femenina de Costa Rica (Liga Promerica Femenina), organizada por la Uniffut (Unión Femenina de Fútbol), ha establecido alianzas con canales deportivos y plataformas digitales para transmitir sus partidos.
Cadenas como Tigo Sports, TD Más y medios digitales independientes han comenzado a incluir en su programación partidos de equipos como Alajuelense, Saprissa FF, Herediano o Sporting FC. Estas transmisiones han sido fundamentales para dar a conocer la liga, fortalecer a los clubes y atraer patrocinadores.
El impacto ha sido tangible: la asistencia a los estadios ha aumentado, las redes sociales de los equipos femeninos cuentan con miles de seguidores y las jugadoras son cada vez más reconocidas en el panorama mediático nacional.
La televisión, junto con el auge del streaming, ha permitido que las hinchas sigan a sus equipos favoritos y que las jugadoras obtengan la visibilidad que merecen. De esta forma, el fútbol femenino costarricense se encuentra en un proceso de profesionalización sostenida.
La visibilidad televisiva del fútbol femenino ha tenido un profundo impacto social y cultural en Costa Rica. Ver a mujeres competir en igualdad de condiciones, con pasión y profesionalismo, ha contribuido a romper estereotipos de género y a generar espacios de respeto en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
Las transmisiones televisivas permiten que miles de niñas vean a sus ídolas jugar y comprendan que el fútbol también es un espacio para ellas. Además, la cobertura mediática ha impulsado conversaciones sobre igualdad salarial, acceso a recursos e infraestructura deportiva femenina.
Programas de análisis, entrevistas y reportajes especiales —muchos de ellos transmitidos por Teletica Deportes o Repretel Deportes— han ayudado a humanizar la figura de las jugadoras, mostrando su esfuerzo, disciplina y amor por el deporte.
El fútbol femenino televisado no solo entretiene, sino que también educa e inspira. Se ha convertido en un vehículo de transformación social y un ejemplo de cómo los medios pueden contribuir al desarrollo del deporte femenino y la equidad.
A pesar de los avances, el fútbol femenino en televisión en Costa Rica todavía enfrenta importantes desafíos.
La cantidad de partidos transmitidos sigue siendo mucho menor que la del fútbol masculino, y la producción técnica (comentarios, cámaras, recursos audiovisuales) aún no alcanza el mismo nivel. Muchos encuentros de la liga femenina se transmiten solo en plataformas digitales o redes sociales, lo que limita su alcance a sectores con acceso a internet.
También persiste la necesidad de mayor inversión en difusión y marketing. En comparación con la Liga Promerica masculina, el fútbol femenino aún recibe menos apoyo publicitario y menor cobertura en programas deportivos tradicionales.
No obstante, el interés del público sigue creciendo, y los avances de los últimos años demuestran que hay una base sólida sobre la cual construir un futuro de mayor equidad y profesionalismo.
El futuro del fútbol femenino televisado en Costa Rica es prometedor. La continuidad de las transmisiones, sumada al éxito de la selección nacional, abre la puerta a un proceso de consolidación mediática.
Cada vez más medios y productoras reconocen el potencial del fútbol femenino como contenido de alto valor social y comercial. Su crecimiento no solo beneficia a las deportistas, sino también al público, que puede disfrutar de un espectáculo de calidad lleno de talento, emoción y orgullo nacional.
Además, las alianzas entre la Uniffut, las televisoras locales y las plataformas de streaming permitirán que más partidos lleguen a todo el país, incluyendo comunidades rurales donde las niñas sueñan con ser las próximas estrellas de la Tricolor.